Contador Gratis mibuenrollo: Parte de mi nueva novela, espero sea de su agrado

22.2.17

Parte de mi nueva novela, espero sea de su agrado

El escrito es parte de mi nueva novela, espero lo disfruten...

Lo sobrenatural ha sido por alguna razón caldo de cultivo para muchos debates internos que ya con el tiempo voy superando. Las pitonisas, la magia y los curanderos me han encontrado a mi o he tenido la gran fortuna de percibirlosdónde otras personas no los notan y me he comunicado con su esencia de una manera efectiva.  Siempre he tenido fascinación por las pitonisas y chamanes  También les debo decir que los que nos dedicamos a escribir somos por naturaleza perseguidores de fantasmas. De diferentes formas convocamos a los espíritus y hacemos de cada articulo un gran bacanal con toda suerte de almas, animas y espectros. 

Del lado del lector, muchas veces se nos achacan cualidades mágicas, fantásticas, incluso adivinatorias solamente porque relatamos historias reales quizás con una más vívida imaginación que otras personas y muchos lectores se hacen protagonistas de sus lecturas, creyendo así que lo que han leído no ha sido solamente producto de la casualidad y se llegan a identificar plenamente con el personaje, tanto así que sufren el espejismo o disociación propia del ávido lector y que yo lo encuentro alucinante. Algunas veces en conversaciones casuales con amistades ellos piensan que tengo la raíz y la explicación racional de infinidad de cosas que en realidad desconozco completamente. Mi actitud de escuchar y no opinar la inculcó mi abuelo materno en mi niñez.  fue un mecanismo de defensa en contra de mis inseguridades. Durante mucho tiempo utilice unas lineas leídas en mi adolescencia que rezaban “mantente callado" y parecerás inteligente.

Yo recuerdo con precisión que una pitonisa llamada Naty, de origen cubano visitaba semanalmente a mi abuela materna, que por cierto se entregaba al para mi común y a la vez mágico ritual con una devoción inquebrantable. Lo que mas me impresiono fue su olor a tabaco y su obesidad mórbida. Su bata y su gran turbante eran blanquísimos en contraste con su piel azabache. Su profusa cintura se anudaba con varias cintas de colores con las que hacia mediciones y curas. También llevaba una infinidad de collares, abalorios y caracoles,  lo que supe mas tarde eran amuletos. La “santa” como la llamaba mi abuela, era una señora con un sobrepeso abismal que parecía siempre asustada y daba la impresión de que nunca estaba a gusto cuando visitaba a su clientela.  Yo siempre la veía mientras recorría el largo pasillo desenfrenadamente hacia su próxima cita, sus numerosos collares eran tan ruidosos como su rápido caminar.


Mi primera evaluación la obtuve a los tres años y medio, cuando me encontraba en la amplia casa de mi abuela, que cuidaba de mi mientras mi madre trabajaba medio tiempo en las recién estrenadas oficinas de mi padre.  Naty al salir estrepitosamente del aposento principal noto que yo espiaba su reunión desde el otro lado de la puerta.  Esta vez la pude observar mejor gracias a nuestro inesperado encuentro, al yo estar obstaculizando  el paso le ofrecí cierta resistencia, lo que la hizo primero tambalearse y luego parar bruscamente.  Recuerdo su fuerte aliento, su mirada fija en la mía, esos enormes ojos negros, brotados, incandescentes, enrojecidos y a punto de estallar, esas facciones ordinarias, profundas e impactantes, bañadas de una espesa y abundante sudoración.  Aquellos labios gruesos rojos carmesí  en perfecta combinación con un pañuelo que se asomaba tímidamente en el interior de su gran turbante blanco.  Grande fue mi susto cuando Naty, conteniendo la respiración, de repente se quito el turbante y el pañuelo pasandose las manos por su espléndida, sudada y brillosa calva.  Súbitamente tomo una gran bocanada de aire y con una mueca indescifrable me dijo: "Nino, tu mente volara mas que tu cuerpo, ese sera tu destino". Yo la mire despectivamente con cara de niño mimado disimulando el poder que su expresión y  físico ejercía en mi. Aunque debo decir que fueron sus palabras las que surcaron mas íntimamente mis entrañas a tan joven edad. Naty corrió hasta la salida mientras yo aturdido todavía respiraba su desagradable olor.

Inmediatamente le informe a mi abuela sobre el sobresalto, el desencuentro y las palabras que Naty había profetizado sobre mi vida.  Recuerdo vívidamente como me miró al verme asustado y frágil. Ante esta nueva experiencia espiritual, solamente me sonrió suavemente, como si de alguna manera presagiara el destino que viviría.

..............