27 de Febrero Fiesta de Independencia Nacional

Este día, Leonel Fernandez, presidente de mi pais tendrá que celebrar el rito anual que obliga la tradición a todo jefe de estado de nuestro país. Es por supuiesto dia de fiesta y mi familia se reunirá para ver el discurso presidencial.

Yo, como siempre de rosca izquierda me he quedado en casa pensando en cual seria mi discurso si yo fuera presidente. Me río de mi mismo, no creo que tenga vena de politico pero como otro inmortal dominicano pienso que seria constructivo dar mis puntos de vista si el que le hablara a la nación fuese yo.

Preparando mi discurso, mi primera pregunta es ¿cuál independencia celebraremos, si estamos sujetos a los poderes extranjeros y a los ambiciosos intereses de los grandes empresarios, para quienes el pueblo es un medio que les aumenta sus ya de por sí exorbitantes cuentas bancarias?

En cada fiesta podemos celebrar y conmemorar. Cuando celebramos, sólo hacemos memoria de algo que ocurrió en el pasado y que nos produce un recuerdo significativo. Al conmemorar, actualizamos la memoria, hacemos presente aquello que marcó el pasado y que influye en el aquí y ahora.

En los tiempos modernos, los festejos de Febrero son celebraciones carnavalescas y por lo tanto paganas, no conmemoraciones de nuestra independencia. Pues a mi entender deberiamos recordamos de esta fecha por nuestros patricios y sus heroicos logros, en fin un relato cuya historicidsad se tiende a olvidar a lo largo de los años.

Creo que no convertimos la independencia en algo presente, no conmemoramos nuestra independecia. Entonces me asaltan las preguntas y me exijo un porque: Pienso que hay muchas razones, algunas me inundan la mente....

• la estabilidad de nuestra moneda está sujeta al dólar como su esclava.
• Washington dicta las política sociales y económicas que hemos de seguir.
• nuestras expresiones culturales están subordinadas a las modas y a la jerga estadounidense, que nos restan identidad y nos mantienen enajenados con un estilo de vida que nos es completamente ajenos.
• La democracia que estamos construyendo tiene que pasar por la aprobación del eje occidental, que condena a todo gobierno que no sea neoliberal y derechista.
• Gracias al Tratado de Libre Comercio, tenemos que dejar entrar todo lo que nos quieran vender, pero no podemos exportar abiertamente nuestra producción ni vernos beneficiados en nuestra economía interna.
• La deuda extena se come en intereses miles de millones de pesos que podríamos emplear en obras sociales para nuestros compatriotas más desfavorecidos.
• Toda ley que se aprueba en las cámaras legislativas debe favorecer a los empresarios e inversionistas muchas veces extranjeros, porque de otra manera se veta y modifica.

La historia actual nos obliga no a proclamar el grito de independencia, sino a escuchar el clamor de millones de compatriotas que sufren en muchos ámbitos la subordinación de nuestro país:

• El grito de la mujer con muchos hijos a quienes no puede mantener;
• El dolor del joven que no puede realizarse profesionalmente por no contar con recursos suficientes, y que debe dedicarse a subempleos mal pagados o abandonar su patria para buscar un mejor futuro;
• El clamor de millones de ancianos abandonados a su suerte y a sus pobres fuerzas;
• El susurro de la sociedad amedrentada por la corrupcion en los cuerpos castrenses;
• El llanto de los miles de niños que no tienen mas remedio que diambular en nuestras calles tratando de buscar el pan de cada dia.
• El dolor de miles de madres que ven como sus hijos se pierden en la drogadicción, muchas veces por falta de esperanza y desesperacion.
• La voz alzada de las muchas poblaciones que no cuentan con agua.
• El silencio de la falta de energía electrica.
• La falta de educacion y los pocos recursos que se destinan a ellos.

Por todo lo anterior, queridos compatriotas, pienso que nuestra celebración de la independencia estará vacía y sin sentido hasta que no transformemos la realidad que debe sustentar dicha conmemoración. Porque solo el patriotismo en nada ayuda a reforzar nuestra dignidad de dominicanos.

Hagamos hoy cada uno nuestro propio discurso de cómo queremos y que queremos en nuestro país, para así empezar a generar una realidad con la cual nos sintamos satisfechos.

Espero que este dia los silbatos, las matracas, los cohetes, las banderitas y los aviones prestados haciendo un circo en el malecón no suplan la responsabilidad de construir un país del que nos sintamos verdaderamente orgullosos.

Viva la Republica Dominicana ¡ Libre y soberana