Ejercitemos la paciencia…
Aquí me tienen después de un tiempo, yo súper relax en la terraza de la casa o mejor dicho mansión de mi amigo ( ), en Casa de Campo, Romana, Rep. Dominicana.
La cuestión es que últimamente no ando con mucho tiempo, solo leo y leo, pero de escribir nada. No es que no tenga cosas para plasmar con palabras en el blog, todo lo contrario, tengo muchas cosas que me han pasado y me gustaría comentar, otras no creo que las escriba a menos que sea para incluirlas en el famoso libro que no se si algún día publicaré.
Pero hoy mi mente se ha movilizado tanto que me he decido a escribir sobre lo corta y efímera que es la vida y cuán rápido pasa y porque nos volvemos tan desesperados por “salvar un poco de tiempo” No recuerdo a donde leí una vez que la paciencia era el músculo que mas debemos ejercitar.
A ver, les explico…..
Hoy estuve con el carro parado 25 minutos en el puente que cruza el río Soco, trayecto obligatorio en la carretera San Pedro de Macorís a Romana, Casa de Campo. El motivo es que el viejo puente temporalmente es de una sola vía, por la construcción de una nueva carretera, que por cierto se desarrolla desde antes de que llegara a vivir otra vez en mi país ya hace un par de anos.
No debía ser el único que estaba impaciente por llegar su destino, ya el ruido de las bocinas de todos los carros en fila india sobrepasaba por mucho el ya alto volumen del CD que escuchaba.
Entendía que la demora no era “la normal” pero no entendía el que porque todos los carros en la caravana cada vez mayor estuvieran tocando la jodida bocina y convirtiendo la situación ya tensa en un caos. Las bocinas no iban a solucionar el problema. Había que armarse de paciencia y esperar.
En esos minutos de espera, ya no había CD que fuera capaz de escuchar por el tremendo escándalo que ya no solo era de bocinas sino de personas voceando con todas sus fuerzas cualquier cantidad de insultos con la esperanza de poder atravesar el puente.
En mi cabeza se fueron armando un sinfín de asociaciones y me hizo recordar un accidente que presencie hace unos anos en una carretera catalana. Resulta que he visto cuando subíamos a un puerto de montaña que un carro de esos deportivos corría como un bólido frenético rebasando a todos los carros que encontraba a su paso. Hasta que se cruzo en una luz roja teniendo un desenlace fatal. Cuando un poco mas adelante nos detuvimos solo algo me paso por la mente. “Me imagino que iría rápido para ganar unos minutos” “Le faltó paciencia”.
Recuerdo que supé por la amplia cobertura que se le dio al accidente, que era un joven de 22 años de edad que había fallecido en el acto, viajaba con su hermana, que después de varios días en la televisión volví a ver, esta vez sentada en silla de ruedas. Pedía a la ciudadanía tener más paciencia al volante para que no padecieran la tragedia que su familia estaba atravesando, una verdadera muestra de valor ciudadano.
La vida pasa y puede pasar en cualquier momento, por eso hay que vivirla con paciencia, no desesperarse por llegar a su destino ahorrándose unos minutos, pues quizás el destino este escrito ese día de otra forma. Por eso respiremos profundo, comprobemos que estamos vivos, armémonos de paciencia por que quien sabe cuánto durará esta vida.
La cuestión es que últimamente no ando con mucho tiempo, solo leo y leo, pero de escribir nada. No es que no tenga cosas para plasmar con palabras en el blog, todo lo contrario, tengo muchas cosas que me han pasado y me gustaría comentar, otras no creo que las escriba a menos que sea para incluirlas en el famoso libro que no se si algún día publicaré.
Pero hoy mi mente se ha movilizado tanto que me he decido a escribir sobre lo corta y efímera que es la vida y cuán rápido pasa y porque nos volvemos tan desesperados por “salvar un poco de tiempo” No recuerdo a donde leí una vez que la paciencia era el músculo que mas debemos ejercitar.
A ver, les explico…..
Hoy estuve con el carro parado 25 minutos en el puente que cruza el río Soco, trayecto obligatorio en la carretera San Pedro de Macorís a Romana, Casa de Campo. El motivo es que el viejo puente temporalmente es de una sola vía, por la construcción de una nueva carretera, que por cierto se desarrolla desde antes de que llegara a vivir otra vez en mi país ya hace un par de anos.
No debía ser el único que estaba impaciente por llegar su destino, ya el ruido de las bocinas de todos los carros en fila india sobrepasaba por mucho el ya alto volumen del CD que escuchaba.
Entendía que la demora no era “la normal” pero no entendía el que porque todos los carros en la caravana cada vez mayor estuvieran tocando la jodida bocina y convirtiendo la situación ya tensa en un caos. Las bocinas no iban a solucionar el problema. Había que armarse de paciencia y esperar.
En esos minutos de espera, ya no había CD que fuera capaz de escuchar por el tremendo escándalo que ya no solo era de bocinas sino de personas voceando con todas sus fuerzas cualquier cantidad de insultos con la esperanza de poder atravesar el puente.
En mi cabeza se fueron armando un sinfín de asociaciones y me hizo recordar un accidente que presencie hace unos anos en una carretera catalana. Resulta que he visto cuando subíamos a un puerto de montaña que un carro de esos deportivos corría como un bólido frenético rebasando a todos los carros que encontraba a su paso. Hasta que se cruzo en una luz roja teniendo un desenlace fatal. Cuando un poco mas adelante nos detuvimos solo algo me paso por la mente. “Me imagino que iría rápido para ganar unos minutos” “Le faltó paciencia”.
Recuerdo que supé por la amplia cobertura que se le dio al accidente, que era un joven de 22 años de edad que había fallecido en el acto, viajaba con su hermana, que después de varios días en la televisión volví a ver, esta vez sentada en silla de ruedas. Pedía a la ciudadanía tener más paciencia al volante para que no padecieran la tragedia que su familia estaba atravesando, una verdadera muestra de valor ciudadano.
La vida pasa y puede pasar en cualquier momento, por eso hay que vivirla con paciencia, no desesperarse por llegar a su destino ahorrándose unos minutos, pues quizás el destino este escrito ese día de otra forma. Por eso respiremos profundo, comprobemos que estamos vivos, armémonos de paciencia por que quien sabe cuánto durará esta vida.
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