Regreso a Santo domingo.
La cámara se eleva despacio y toma una perspectiva de la calle en la que se aleja el protagonista de la serie, quien camina no hacia un lugar definitivo sino al futuro que él ha comenzado a construirse. Es el último capítulo, pero no el desenlace de la historia, porque la tendencia moderna es dejar abierto el final, no cerrarlo con situaciones definitivas y concluyentes.
Segundos antes de que el protagonista comience a caminar hacia su final-inicio, hacia un viaje iniciático que lo abrirá a nuevos proyectos y experiencias, se escuchan los primeros compases de una canción que habla de nuevas rutas y que suele ser optimista (a veces, melosa). El volumen aumenta conforme la última imagen se desvanece y deja paso al fondo negro con los créditos de salida.
La letra de las canciones de salida suele coincidir con la temática del programa. Es como su cierre, su resumen, la recapitulación de todo lo que se vio y del mensaje que se quiso transmitir
En estos días he buscado mi canción de salida. Porque decidí emprender un proyecto profesional que implica algunos cambios importantes en mi organización y otra mudanza, el regreso a Santo Domingo. Un proyecto arriesgado donde las únicas seguridades son que el futuro es que tengo un “contrato” para trabajar y que estaré otra vez con mi familia.
Estoy triste., me invade el desasosiego. Cierro los ojos. Tomo aire y respiro. Recuerdo que cada vez que llegamos al final de un camino, este no termina, sino que sólo nos conduce hacia otra senda; y si bien el camino no es el mismo, nosotros tampoco. Trato de meditar y algunos pensamientos me vienen a la cabeza. Cual seria mi canción de salida?.
Alguna vez leí en uno de esos libros de superación personal que solía leer "Lo que ahora ocurra conmigo depende de ti mismo y de la confianza en que eres una creatura plena a la que no le falta nada".
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Al estar próximo el estreno de la siguiente versión de la saga de mi vida, pienso en como será la trama de esta nueva etapa y en todas las incógnitas y misterios que tendré que aclarar. No es bueno pensar tanto en el futuro, siempre he tratado de vivir más bien mi presente, pero soy conciente de que de así como en las películas el final esta cerca, la iluminación se atenúa y siento cerca este final. . “El Final de mis anos en Barcelona”
No soy del tipo que se aferran al pasado, pero hoy mi mente divaga y recibo flashes mentales de muchos episodios de que lo que he vivido durante este trayecto, eso si me lo llevo sin necesidad de empacarlo y sobretodo sé que nada ni nadie me lo puede arrebatar.. Todo lo que desde ahora yace suspendido en mis recuerdos, no podrá ser nunca zarandeado. Pues eso ya forma parte de mi ser.
Estos últimos días en la que ha sido mí casa durante casi tres años, son profundamente tristes. Me veo obligado a meter recuerdos en cajas, previo paso por el envolverlos en periódico y ponerles etiquetas para no acabar volviéndome loco a la hora de desempaquetar. Al coger cualquier cosa, un marco de foto, cualquier adorno, en fin lo que sea adquiere una nueva forma y empiezo a recordar todas las historias que guarda el “objeto” en cuestión, hasta tal punto que pasan tres horas y has empaquetado tres CDS, dos velas y por supuesto, tus álbumes de fotos (¡Hombre! ¡Faltaba más! Las fotos son indispensables en la vida de cualquier ser humano! ¡Que haría yo sin mis fotos!).
Al final, el sentimiento de añoranza es tan grande que no sabes si estar triste o llorar como un niño, pero te queda clara una cosa: estos años no hubiesen sido igual sin la gente que lo ha compartido contigo. Cuando llegas ha esta conclusión, te propones ser fuerte y no llorar para que los últimos recuerdos que tengas de Barcelona no sean recuerdos depositados en un rollo de papel higiénico.
Mi vida, siempre ha estado llena de despedidas. Por que la vida se empeña en darte lo que menos quieres???. En mi caso, DESPEDIDAS. En varios segundos pasan flashes de mi vida en las que tantas veces me ha tocado despedirme. Puerto Rico, Santo Domingo, Filadelfia, Nueva York, Miami y ahora Barcelona.
Trato de desviar mis pensamientos, busco mi CD preferido, y pienso que será el único que me llevaré en la maleta. Me dispongo a escuchar a Fangoria y perderme en sentimientos mas saludables para mi estado actual y cuando parece que lo he conseguido... aparece la Bev y te trae algo, que casualmente es un gran recuerdo para los dos y entonces brota una lágrima de no se sabe dónde, y acabo otra vez sumido al papel higiénico, fingiendo mis clásicos ataques de alergia y haciendo promesas de volver pronto, de no dejar que nuestra relación muera, de vernos a menudo y no permitir que la distancia mate todo lo vivido.
Cuando uno hace memoria (re-cuerda, o sea, viaja al corazón), se da cuenta que para llegar al punto actual ha tenido que pasar por mil aventuras, en el sentido de haber tomado muchas decisiones importantes y arriesgadas que el tiempo se encargó de confirmar como acertadas o desafortunadas. A la larga, toda decisión nos construye, ya sea desde las lágrimas o la palmadita de satisfacción personal. Se que existen los ángeles de la guardia y el mío tiene nombre y apellido así que me ira bien.
Me voy con metas y sueños cumplidos, muchos más sin cumplir pero sobretodo satisfecho con la vida por haberme dado tanto. Seguiré recorriendo el camino, arropado por buenos amigos que me han impulsado y comentado que todo final es un comienzo, y que cada uno edita la película de su vida con las decisiones que asume.
Segundos antes de que el protagonista comience a caminar hacia su final-inicio, hacia un viaje iniciático que lo abrirá a nuevos proyectos y experiencias, se escuchan los primeros compases de una canción que habla de nuevas rutas y que suele ser optimista (a veces, melosa). El volumen aumenta conforme la última imagen se desvanece y deja paso al fondo negro con los créditos de salida.
La letra de las canciones de salida suele coincidir con la temática del programa. Es como su cierre, su resumen, la recapitulación de todo lo que se vio y del mensaje que se quiso transmitir
En estos días he buscado mi canción de salida. Porque decidí emprender un proyecto profesional que implica algunos cambios importantes en mi organización y otra mudanza, el regreso a Santo Domingo. Un proyecto arriesgado donde las únicas seguridades son que el futuro es que tengo un “contrato” para trabajar y que estaré otra vez con mi familia.
Estoy triste., me invade el desasosiego. Cierro los ojos. Tomo aire y respiro. Recuerdo que cada vez que llegamos al final de un camino, este no termina, sino que sólo nos conduce hacia otra senda; y si bien el camino no es el mismo, nosotros tampoco. Trato de meditar y algunos pensamientos me vienen a la cabeza. Cual seria mi canción de salida?.
Alguna vez leí en uno de esos libros de superación personal que solía leer "Lo que ahora ocurra conmigo depende de ti mismo y de la confianza en que eres una creatura plena a la que no le falta nada".
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Al estar próximo el estreno de la siguiente versión de la saga de mi vida, pienso en como será la trama de esta nueva etapa y en todas las incógnitas y misterios que tendré que aclarar. No es bueno pensar tanto en el futuro, siempre he tratado de vivir más bien mi presente, pero soy conciente de que de así como en las películas el final esta cerca, la iluminación se atenúa y siento cerca este final. . “El Final de mis anos en Barcelona”
No soy del tipo que se aferran al pasado, pero hoy mi mente divaga y recibo flashes mentales de muchos episodios de que lo que he vivido durante este trayecto, eso si me lo llevo sin necesidad de empacarlo y sobretodo sé que nada ni nadie me lo puede arrebatar.. Todo lo que desde ahora yace suspendido en mis recuerdos, no podrá ser nunca zarandeado. Pues eso ya forma parte de mi ser.
Estos últimos días en la que ha sido mí casa durante casi tres años, son profundamente tristes. Me veo obligado a meter recuerdos en cajas, previo paso por el envolverlos en periódico y ponerles etiquetas para no acabar volviéndome loco a la hora de desempaquetar. Al coger cualquier cosa, un marco de foto, cualquier adorno, en fin lo que sea adquiere una nueva forma y empiezo a recordar todas las historias que guarda el “objeto” en cuestión, hasta tal punto que pasan tres horas y has empaquetado tres CDS, dos velas y por supuesto, tus álbumes de fotos (¡Hombre! ¡Faltaba más! Las fotos son indispensables en la vida de cualquier ser humano! ¡Que haría yo sin mis fotos!).
Al final, el sentimiento de añoranza es tan grande que no sabes si estar triste o llorar como un niño, pero te queda clara una cosa: estos años no hubiesen sido igual sin la gente que lo ha compartido contigo. Cuando llegas ha esta conclusión, te propones ser fuerte y no llorar para que los últimos recuerdos que tengas de Barcelona no sean recuerdos depositados en un rollo de papel higiénico.
Mi vida, siempre ha estado llena de despedidas. Por que la vida se empeña en darte lo que menos quieres???. En mi caso, DESPEDIDAS. En varios segundos pasan flashes de mi vida en las que tantas veces me ha tocado despedirme. Puerto Rico, Santo Domingo, Filadelfia, Nueva York, Miami y ahora Barcelona.
Trato de desviar mis pensamientos, busco mi CD preferido, y pienso que será el único que me llevaré en la maleta. Me dispongo a escuchar a Fangoria y perderme en sentimientos mas saludables para mi estado actual y cuando parece que lo he conseguido... aparece la Bev y te trae algo, que casualmente es un gran recuerdo para los dos y entonces brota una lágrima de no se sabe dónde, y acabo otra vez sumido al papel higiénico, fingiendo mis clásicos ataques de alergia y haciendo promesas de volver pronto, de no dejar que nuestra relación muera, de vernos a menudo y no permitir que la distancia mate todo lo vivido.
Cuando uno hace memoria (re-cuerda, o sea, viaja al corazón), se da cuenta que para llegar al punto actual ha tenido que pasar por mil aventuras, en el sentido de haber tomado muchas decisiones importantes y arriesgadas que el tiempo se encargó de confirmar como acertadas o desafortunadas. A la larga, toda decisión nos construye, ya sea desde las lágrimas o la palmadita de satisfacción personal. Se que existen los ángeles de la guardia y el mío tiene nombre y apellido así que me ira bien.
Me voy con metas y sueños cumplidos, muchos más sin cumplir pero sobretodo satisfecho con la vida por haberme dado tanto. Seguiré recorriendo el camino, arropado por buenos amigos que me han impulsado y comentado que todo final es un comienzo, y que cada uno edita la película de su vida con las decisiones que asume.
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