Besos...
Alguien me dijo una vez que los besos no se piden.
El final de mi primer beso vino acompañado de una pregunta: “¿puedo darte otro?”. Ese día mi ingenuidad tuvo sabor a ternura.
Con el paso de los años descubrí que hay muchos otros sabores en el acto de besar.
Los hay que saben a lluvia de otoño, porque me dejan la sensación de que algo termina.
Y está el beso con sabor a fuego, ése que cuando lo doy me enciendo a la vida...
Podría hacer un listado de besos, pero para eso hay mucha gente por ahí.
Yo me quedo con el beso lento. Aquél en que mis labios reposan en algún lugar de tu piel, susurran mis deseos y transportan mi cariño. Es cierto que es el único que me cuesta dar, porque lo que está en juego es la desnudez de mi alma y de mis miedos. Pero es el único que me conecta al mismo tiempo con la carne y el universo.
No me canso de besar. Mis besos los robo, los entrego, los regalo. Pero ya no los pido.
Si los pides nunca sabes si tendrán sabor a verdad, ademas los besos de mentira traen dolor y nos saben muy mal.
El final de mi primer beso vino acompañado de una pregunta: “¿puedo darte otro?”. Ese día mi ingenuidad tuvo sabor a ternura.
Con el paso de los años descubrí que hay muchos otros sabores en el acto de besar.
Los hay que saben a lluvia de otoño, porque me dejan la sensación de que algo termina.
Y está el beso con sabor a fuego, ése que cuando lo doy me enciendo a la vida...
Podría hacer un listado de besos, pero para eso hay mucha gente por ahí.
Yo me quedo con el beso lento. Aquél en que mis labios reposan en algún lugar de tu piel, susurran mis deseos y transportan mi cariño. Es cierto que es el único que me cuesta dar, porque lo que está en juego es la desnudez de mi alma y de mis miedos. Pero es el único que me conecta al mismo tiempo con la carne y el universo.
No me canso de besar. Mis besos los robo, los entrego, los regalo. Pero ya no los pido.
Si los pides nunca sabes si tendrán sabor a verdad, ademas los besos de mentira traen dolor y nos saben muy mal.
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